¿Porqué me debo bautizar?

sábado, 14 de noviembre de 2009



Quizás una de las preguntas que más se hagan los jóvenes cristianos sea esa y se la hacen porque no entienden la razon por la cual llevar acabo esa ceremonia tan extraña en estos tiempos en que vivimos. A muchos hasta les parece medio vergonzozo el hecho de meterse en una pila o un río con toda la gente rodeándolos y ser sumergidos allí. Se supone que a Cristo solo se le debe aceptar en el corazón y ya, ¿para que es necesario bautizarse entonces?

Para comenzar debo decirte que el bautismo es una de las prácticas religiosas de mayor antiguedad, pues fue conocido por judíos y paganos muchos años antes de la era cristiana. Los judíos practicaban el bautismo con el objeto de limpiar el cuerpo de las inmundicias que se suponía habían adquirido por contacto con muertos, leprosos, animales inmundos ó al asistir a un parto, mientras que algunos paganos bautizaban por motivos de curacion y de ritos a sus dioses.
En los dos casos, el bautismo que se practicaba era distinto al que comenzó a practicar Juan el bautista poco antes de la llegada de Jesús.
Juan el bautista era judío y conocía muy bien los motivos por los cuales un judío debía bautizarse, sin embargo el bautismo que él practicaba incorporaba una gran innovación ya que el sistema de bautismos anterior solo tenía valor ceremonial y no requería de preparación especial pero el bautismo que el predicaba requería que el que quisiera ser bautizado por él se arrepintiera de todos sus pecados y los confesara delante de Dios. De esta forma el bautismo de Juan el bautista era superior al bautismo de los ritos porque ofrecía no solo limpiar el cuerpo, sino limpiar la situación moral en la que el hombre se encontraba delante de Dios.
Pero aún el bautismo de Juan el bautista solo es considerado por la Biblia como un bautismo de preparación para los que quisieran recibir el nuevo bautismo del cual el mismo Juan predicaba y que consistía en el baustismo con Espiritu Santo y fuego que solo Jesus de Nazareth podría ofrecer.
Jesus durante su ministerio ordenó a sus discipulos que bautizaran en la forma en que lo hacía Juan el bautista (Juan 3:22 y Juan 4:2). Sin embargo, al final de su permanencia física aquí en la tierra Jesus incorporó una nueva innovación al bautismo: les ordenó a sus discipulos que bautizaran en todo el mundo, a toda criatura, a los que creyeren el mensaje (evangelio) EN EL NOMBRE del Padre, y del Hijo y del Espiritu Santo. Como puedes ver la innovación consistió en INVOCAR el Nombre de Dios durante el bautismo.
El apostol Pedro nos dice en Hechos porqué era necesario ser bautizado así como lo ordenó Jesus: Arrepentíos y bauticese cada uno de vosotros PARA PERDON de sus pecados y RECIBIREIS el don del Espiritu Santo.
El bautismo es necesario para ser perdonado y recibir el don del Espiritu Santo.
Puedes leer en Hechos 2.38, Hechos 10.48 y Hechos 19.5 la fórmula bautismal que los discipulos utilizaron al realizar los bautismos.
Dice la Biblia que la salvacion no es por obras para que nadie se gloríe sin embargo dice la Biblia tambien que la fé sin obras es muerta. Esto es una vez que tu manifiestas tener fé al creer el evangelio, hay ciertas obras que debes realizar como prueba de la fé que tienes. Estas obras no son para agradar a los hombres o a los hermanos de tu iglesia, sino son ORDENADAS por Dios para agradar a Dios mismo.
El bautismo sin fé no tiene ningun valor, asi como no tiene valor la declaración de que creemos en Dios sin no manifestamos ninguna obra que prueba que la declaración que hicimos es verdadera.
El bautismo es la ceremonia pública que tu realizas para manifestar que tienes fé.

El bautismo representa la muerte del cristiano al pecado (Romanos 6:1-3). En el plan de Dios era necesario que el Cristo muriera y fuera sepultado, así como que resucitara (1a Corintios 15:1-4). Cuando eres sumergido TOTALMENTE en las aguas (sean corrientes como un río o estancadas como una pila) representas con ello la muerte de Cristo y cuando eres levantado de las aguas, representas con ello la resurrección de Cristo. De esta forma, el bautismo simboliza tambien una completa identificación con los sufrimientos y la muerte de Cristo. Siendo hueso de sus huesos y carne de su carne experimentamos, aunque sea de forma figurada, la muerte que él sufrió. "Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo..." (Romanos 6:4).
El bautismo es para el cristiano la oportunidad de iniciar una nueva vida y corresponde, por tanto, a la idea del nacimiento del agua (Juan 3:3-5, Romanos 6:4-5) "A fin de que como Cristo resucitó de los muertos para la gloria del Padre, así tambien nosotros andemos en NOVEDAD de vida" (Romanos 6:4). El bautismo, aunque a muchos no les gusta decirlo surte un efecto sicológico en el creyente pues hace que la ceremonia se convierta en un punto de partida por la senda de la justicia y la rectitud en Cristo, es decir, que a partir del bautismo nos olvidamos para siempre de los malos actos, actitudes, pensamientos y demas pecados que antes practicábamos.
El bautismo tambien es presentado como un medio de salvación.
En Hechos 2.38, Pedro declara que el bautismo es para perdón de los pecados , y en su primera epístola (capítulo 3 vs21) dice que: "el bautismoq ue corresponde a esto AHORA NOS SALVA". Naturalmente que no podemos imaginarnos que el simple acto tenga en sí la virtud de acarrear perdon de pecados y salvación. En Hechos 2.38 se nos dice que antes del bautismo debe haber arrepentimiento y en Marcos 16:16 descubrimos que hay que creer y ser bautizados para alcanzar salvación. En Romanos 1.:9-13 se nos dice que para alcanzar salvación se requiere hacer confesión de fé en la resurrección de Jesucristo y también invocar su Nombre para ser salvos. Por lo que vemos, en el Nuevo Testamento el nombre de Jesucristo fué siempre invocado como fórmula bautismal.
En sí el bautismo es un acto de FE ya que obedecemos el mandato de Dios de hacerlo.
Un dato importante, ASEGúRATE de que tu bautismo cumpla con el requisito de ser SUMERGIDO TOTALMENTE en las aguas, no aceptes que solo te chispoteen agua o que solo te mojen un poco la cabeza. No importa si posees algun impedimento físico siempre existe la forma de hacerlo correctamente contando con el apoyo fisico de otras personas.

Martin Luther King transcripción del discurso "yo tengo un sueño"

lunes, 9 de noviembre de 2009

Recibí por cortesía de una comunidad digital la siguiente transcripción del famoso discurso "yo tengo un sueño" pronunciado por el dr. Martin Luther King, pastor de una Iglesia Bautista y líder afroamericano asesinado el 4 de abril de 1968. Muchos consideran que el sueño de éste gran hombre vió su culminación el día que Barak Obama rindió protesta como presidente de los EEUU.
Los invito a leerlo con atención y a aprender más de la forma de pensar de éste gran líder.

YO TENGO UN SUEÑO
por: Martin Luther King
Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país. Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclamación de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por los grilletes de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra. Por eso, hoy hemos venido aquí a expresar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes" . Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia. También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora.. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo.
Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hasta la roca sólida de la hermandad. Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad.
1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y ya se sentirá contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia. Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No podemos caminar solos.. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás. Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿Cuándo quedarán satisfechos? " Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Misisipí no pueda votar y un negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente". Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador. Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede ser y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.
Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".
Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales". Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.
Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.
Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.
Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres. Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, "Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a tí te canto. Tierra de libertad donde mis antecesores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad. Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: ! ¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipí! "De cada costado de la montaña, que repique la libertad". Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"

Washington, DC 28 de agosto de 1963
Redacción es la Dirección de Protestante Digital



La Tierra Prometida


yo tengo un sueño parte 1


yo tengo un sueño parte 2

Cuando Dios habla duro!!!

lunes, 2 de noviembre de 2009

He marcado en un tono diferente lo mas importante atendiendo un poco la sugerencia de no hacer tan largos lo artículos.

En días pasados, mi pastor (hno. Miguel Méndez) nos dió una predicación de esas que podemos considerar duras. El hablaba acerca del pecado en el creyente y de las terribles consecuencias delante de Dios que éste acarrea.
En la Iglesia a la que voy (LLuvias de Gracia) los hermanos acostumbramos a vitorear todo el culto, a gritar ¡Gloria a Dios!, ¡Aleluya!, ¡Gracias Cristo!, etc, etc, etc, pero ese día.... como que toda la congregación permaneció en silencio, parecía como si el pastor se hubiera quitado el cinto y nos hubiera cintareado uno por uno o bien, como dicen algunos, ya no sentíamos lo duro sino lo tupido ó como dicen otros: "faltó que hubiera avisado pa´traer el casco".
El caso es que la predicación fué fuerte y la iglesia lo resintió.
Ya al terminar yo venía por todo el camino meditando en la predicación y me acordé de un canto de esos viejitos (qué le voy a hacer, me gustan los cantos viejitos!!!) que dice:

Oh que dura es esta Palabra
que al escucharla siento yo
siento que nó podré llevarla
pero confío ¡Tu eres mi ayudador!

¡Quien la podrá llevar Señor!
¡quien la podrá cumplir Señor!
si es dura para mí tu Palabra fiel
si tu me das la fe Señor
si tu me das la fé también
sé que podré vencer porque solo tu eres mi ayudador!!!

Y bueno, el Señor comenzó a hacernos entender el porqué se hace necesario hablarnos a veces de esa manera.
La Iglesia del Señor Jesucristo está compuesta por todos los seres humanos -vivos y muertos- que han aceptado al Señor Jesucristo como único y suficiente Salvador. No importa la nacionalidad, ni la condición social ni absolutamente nada que nos haga diferentes delante de Dios, para él, todos los miembros de su Iglesia son igual de valiosos. Sin embargo, a cada miembro de la Iglesia (ó del cuerpo de Cristo como se le llama también), Dios le encomendó una labor especial que lo distingue de sus demás hermanos en la fé, aunque todas estas labores a las que hemos sido llamados tienen como única finalidad el cumplimiento de los buenos propósitos de Dios para la raza humana.
Bueno, el caso es que para desempeñar la labor que Dios nos pide a cada uno de nosotros nos capacitó dotandonos de lo que llamamos dones (ó regalos) espirituales. Tenía que ser así porque la Iglesia del Señor Jesus tiene como principal enemigo de los propósitos de Dios a seres espirituales de maldad, por lo tanto, como dice el texto, la lucha no es contra sangre ni carne, es decir, contra seres humanos sino contra espiritus. (Esto dá para un tema completo pero aquí le dejo por ahora).
También los dones espirituales son para edificación de la Iglesia.
Entre los dones que fueron repartidos están el de maestro, evangelista, pastor, profeta, etc. y hoy quiero abocarme un poco al de pastor.
Los pastores son puestos por Dios directamente como autoridad sobre determinado grupo de creyentes. Todo creyente, no importa cual don tenga o desempeñe, debe estar bajo la autoridad de un pastor aún los evagelistas que acostumbran viajar.
Los pastores reciben de Dios revelación específica que les permite darse cuenta de las necesidades espirituales de los miembros de la Iglesia que Dios ha puesto bajo su autoridad y reciben también la porción de la Palabra que permitirá suplir las necesidades o deficiencias que observe en los hermanos de la congregación.
El pastor tiene un temor especial de parte de Dios en su corazón ya que sabe rendirá cuentas a Dios por la situación espiritual de cada miembro de la Iglesia que pastoreó. Y Dios es muy estricto en esos casos, basta leer Jeremías 23: 1-2:
"¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! dice Jehová.
Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habeis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová."
Por lo tanto, los verdaderos pastores puestos por Dios en los diferentes templos de la localidad, no debieran solapar NADA en la vida de sus ovejas que traiga como consecuencia la perdida de comunión de ellas con Dios. Los verdaderos pastores no se quedan callados frente al pecado del pueblo, aunque les cueste afrentas, calumnias, desprecios y hasta menos diezmos. Incluso, sé de pastores que por amor de las ovejas lo han perdido prácticamente todo solo por nó consentir ningún tipo de pecado -aunque fuera pequeño- en las vidas de los creyentes.
El verdadero pastor no tiene miedo perderlo todo, ya que sabe que su vida está depositada al servicio de Dios y es Dios quien suplirá todas sus necesidades. La paga de su trabajo por las ovejas no la espera de las ovejas, sino de Dios.
Quien no lo crea así, no tiene el don de pastor.
Por lo tanto, cada que yo siento que el pastor me está hablando fuerte, comprendo que no es por la mera voluntad del pastor que me hable de esa manera, sino que Dios le mostró la deficiencia en mi vida y estoy siendo ministrado por Su Palabra.
Todo el que ministra, debe hacerlo con la Palabra de Dios, nunca con sus propias palabras, porque entonces no habla Dios, sino su propia concupiscencia.
Pero los que estamos seguros de tener un pastor puesto por Dios como autoridad sobre nosotros, ya no nos entristecemos al ser confrontados con la Palabra, SINO QUE LE AGRADECEMOS A DIOS su misericordia por nosotros al alumbrar nuestro camino y no dejar que nos perdamos.
"Lámpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino". Salmo 119:105
 
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