Las transfusiones de sangre, ¿Están prohibidas por Dios o no?

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Hola, hermanos, Dios los Bendiga.

Lo prometido es deuda y, a petición de nuestro hermano Juan, en esta ocasión hablaremos de por qué ciertas religiones o doctrinas prohíben las transfusiones de sangre, qué bases bíblicas tienen para sustentar esto, qué tan cierto es y qué postura debemos tomar al respecto.

Investigando el tema me di cuenta de que concretamente son los testigos de Jehová los que afirman que el mandamiento de no comer sangre (Génesis 9:4-5 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis, porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de manos de todo animal la demandaré, y de manos del hombre. A cada hombre demandaré la vida de su prójimo) incluye las transfusiones de sangre y por lo tanto esto es pecado ante Dios. Menciono que son los testigos de Jehová los que afirman esto porque me pareció curioso que los judíos, que son mucho más meticulosos en observar la Ley de Dios, en sus 613 mandamientos no mencionan nada acerca de las transfusiones de sangre (los leí todos), y sólo prohíben el comer sangre en el sentido literal de la palabra. Otra cosas que me llamó mucho la atención es que, si bien los testigos de Jehová basan su doctrina acerca de las transfusiones de sangre en la Biblia, dan muchos más argumentos científico que bíblicos, lo cual deja muy en duda qué tantas bases bíblicas tengan, ya que más bien parece que pretenden asustarte respecto a las transfusiones de sangre que convencerte de que es un pecado.

Regresando a los argumentos bíblicos de los testigos de Jehová, ellos afirman que el mandamiento de Génesis 9:4 también abarca las transfusiones de sangre. Aunque ellos hacen varias especificaciones sobre esto (qué componentes de las sangre sí se pueden tomar, qué intercambios se producen naturalmente en un embarazo y por lo tanto están permitidos, Etc.) me gustaría hablar de la sangre en general, sin profundizar en los desglosamientos que ellos hacen, ya que creo que al aclarar el tema de la sangre todo lo demás está de sobra.

Los testigos de Jehová toman más versículos que, según ellos, sustentan su doctrina acerca de esto. Por ejemplo, Levítico 17:10 »Si cualquier hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan entre ellos, come alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que coma sangre, y la eliminaré de su pueblo. Este versículo me gusta mucho porque partiendo de aquí podemos ver qué tan verdadera es la interpretación que le dan al mandamiento de no comer sangre. Si continuamos leyendo más adelante se amplía el tema del versículo 10, Levítico 17:12-14 »Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: "Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que habita entre vosotros comerá sangre". Cualquier hombre de los hijos de Israel, o de los extranjeros que habitan entre ellos, que cace un animal o un ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra, porque la vida de toda carne es su sangre. Por eso he dicho a los hijos de Israel: "No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre, y cualquiera que la coma será eliminado". Quiero empezar por resaltar lo que dice en el versículo 14, “…porque la vida de toda carne es su sangre”. La expresión “toda carne” nos ayuda a entender mejor lo que dice el pasaje, ya que, usando el principio de la comparación del estudio bíblico, encontramos algo muy importante, en 1 Corintios 15:39 No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces y otra la de las aves. Aquí podemos ver que si bien la expresión “toda carne” se usa para hablar de toda criatura, hay distintas carnes (la de los hombres, la de los animales, las de las aves, Etc.). Si bien Levítico 17:14 Dice “No comeréis la sangre de ninguna carne”, el contexto que nos da el versículo 13 es de cuando se caza animales, por lo cual el término “comer” es literal. Esto lo podemos apoyar con la regla de estudio bíblico que dice que siempre debemos tomar lo que dice la Biblia literalmente hasta que resulte imposible. Es decir, debemos preguntarnos si es posible comer sangre, y como sí lo es no debemos buscar interpretaciones privadas, pensando que “comer sangre” implica más que el sentido literal de la palabra, ya que si revisamos todas las menciones de ese mandamiento podemos darnos cuenta de que el contexto siempre está relacionado con los animales y con comer.

Hace tiempo una amiga que concuerda con la doctrina de los testigos de Jehová platicando del tema me dio un par de argumentos que creo conveniente mencionar y aclarar. Primero me mencionó lo que dice en Génesis 9:5 “Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de manos de todo animal la demandaré, y de manos del hombre. A cada hombre demandaré la vida de su prójimo. Por eso, según ella, al aceptar las transfusiones de sangre estaba claro que Dios nos demandaría dicha sangre. Pero este es un ejemplo de cuando no debemos tomar todo literalmente, ya que al final del versículo se define claramente la idea de la que habla, “A cada hombre demandaré la vida de su prójimo”. Le cité Ezequiel 3:18 Cuando yo diga al impío: "De cierto morirás", si tú no lo amonestas ni le hablas, para que el impío sea advertido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Aquí también habla de que Dios demandará la sangre de nuestras manos, pero la Biblia nos aclara que “La vida de toda carne es su sangre”, y en el mismo versículo vemos que Dios demandará la sangre de nuestras manos, pero no porque la bebamos o nos hagamos una transfusión, sino porque murió por culpa nuestra (al no predicarle de Dios). De aquí mi amiga concordó conmigo a que “sangre” significa la vida en sí, y me dijo que entonces cuando los doctores hacen una transfusión ellos son los que están “dando vida” y no Dios. Este argumento tiene tan poco sentido que me sorprende que alguien lo use; como si las medicinas se dieran en los árboles, ¿No? Pero esto me lleva a una historia muy interesante que alguien escribió y aclara lo falso de ese argumento:

.Un día se reunió un grupo de científicos, y tomaron la decisión de que el hombre había progresado mucho, y que no había ya más necesidad de Dios. De modo que escogieron a uno de ellos para que fuese y le dijese que ya no querían saber nada de Él.

Este científico llegó ante Dios, y le dijo: «Dios, hemos decidido que ya no te necesitamos más. Hemos llegado al punto en que podemos clonar a personas, trasplantar órganos y manipular la vida como queremos mediante ingeniería genética. Y ahora la ciencia ha encontrado la forma de crear vida a partir de materias primas.

En otras palabras, podemos hacer lo que Tú hiciste al principio.»

«¿De veras? ¿Me puedes enseñar como lo haces?», le dijo Dios con paciencia y bondad.

Y el científico se inclinó sobre el suelo y tomó un poco de tierra.

Dios lo miró y le dijo: «¡No, no, no! Esto no vale. ¡Hazte tu propia tierra!»

Por último me gustaría compartirles algo muy importante que el Señor me ha mostrado recientemente. Los desacuerdos doctrinarles no son nada nuevo, existen desde los inicios de la iglesia. En Hechos 15 podemos ver el conflicto que había en la iglesia cristiana entre judíos y gentiles, pues, aunque se convirtieron a Cristo, los judíos insistían en cumplir toda la Ley; de hecho en Hechos 15:20 y 29 los apóstoles les recomiendan a los gentiles que se abstengan de la sangre, pero no por razones doctrinales, sino de convivencia, pues el motivo lo dicen en Hechos 15:21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada sábado. El motivo de que se abstuvieran de sangre era para evitar conflictos con los judíos. Menciono esto porque en el libro de Romanos se habla más de este tipo de conflictos y nos enseña que lo más importante es el amor y la armonía con nuestros hermanos, pues este tipo de doctrinas no son esenciales y por eso, aun estando en desacuerdo en esta clase de cosas, podemos y debemos amarnos, apoyarnos y respetarnos mutuamente. Romanos 14:6­ El que distingue un día de otro, lo hace para el Señor; y el que no distingue el día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y también da gracias a Dios. Romanos 14:13-15 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es impuro en sí mismo; pero para el que piensa que algo es impuro, para él lo es. Pero si por causa de la comida tu hermano es entristecido, ya no andas conforme al amor. No hagas que por causa de tu comida se pierda aquel por quien Cristo murió.

Si alguien tiene alguna pregunta, duda, comentario y/o queja, tenga toda la confianza de escribir un comentario, mandarme un E-mail o contactarme por MSN.

En el Amor de Cristo: Su amigo y hermano Adrián Salazar Ponce

Correo electrónico: adrian_sp11@hotmail.com

¡Saludos y Bendiciones!

Todos los aplausos son para Dios

 
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